Capítulo 10: La realidad de la gestión del tiempo

Procrastinación

La procrastinación es el acto de dejar algo para después. Es hacer cosas que tienen baja prioridad en lugar de hacer las de alta prioridad. Todes lo hacemos algunas veces. Pero cuando procrastinamos una tarea o estudiamos para un examen hasta que queda muy poco o nada de tiempo, nuestras calificaciones lo resienten y puede ser estresante. Aprender por qué procrastinamos nos puede ayudar a superarlo.

Razones por las que procrastinamos

Existen muchas razones para la procrastinación del trabajo, de la escuela, u otras cosas. Estas pueden abarcar desde tener compromisos de mucha urgencia e importancia hasta la aversión a las tareas, el perfeccionismo, y el miedo al éxito o al fracaso.

• Aversión a las tareas. “No tengo ganas. Prefiero jugar un videojuego, ver televisión, pasar tiempo con amigues, dormir, etc., que hacer la tarea.” (El problema es que tal vez nunca tengas ganas de empezar).
• Perfeccionismo. “Quiero hacerlo perfectamente y no hay suficiente tiempo para hacerlo como quiero, entonces, no lo haré para nada.”
• Miedo al éxito. “Si estudio muchísimo y consigo una calificación alta en un examen, la gente esperará que consiga calificaciones altas todo el tiempo”.
• Miedo al fracaso. “No puedo hacer bien la tarea, no importa cuánto esfuerzo ponga en ello”.

Estas razones para la procrastinación no vienen de la nada. Tener una discapacidad diagnosticada o no diagnosticada puede hacer que les estudiantes sientan que la tarea es demasiado difícil o que, aunque trabajen mucho, no van a satisfacer las expectativas de les profesores. Completar las tareas en inglés si no te sientes segure de tu gramática o redacción, puede provocar que escribir un ensayo o preparar una presentación te parezca demasiado difícil de afrontar. Asimismo, en instituciones predominantemente blancas, a les estudiantes de color, a menudo, se les hace sentir que sus ideas no encajan o no son bienvenidas. Puede ser difícil encontrar la motivación si sientes que tus profesores no entienden o no valoran tus experiencias o la manera en que te expresas.

• Estas razones a menudo previenen a algunes estudiantes de completar las tareas y de estudiar para los exámenes. ¿Tiendes a procrastinar? ¿Por qué?

Cualquiera que sea la razón, procrastinar no es una buena idea pues suele generar estrés. Puede ser estresante tratar de terminar algo si lo dejaste hasta el último minuto y, además, saber que no entregaste lo mejor de tu trabajo. Lidiar con tanto estrés puede tener consecuencias en la salud de nuestros cuerpos.

A pesar de estos efectos negativos, ¡casi todas las personas procrastinan! De hecho, hay muchos ejemplos de cómo la sociedad estadounidense entiende y da cabida a la procrastinación. FedEx y Amazon fueron construidos gracias al hecho de que la gente necesita algo inmediatamente y, en muchos casos, lo ha dejado para después cuando el correo lo habría hecho llegar a tiempo. Las oficinas de correos están abiertas hasta muy tarde el último día para pagar impuestos porque saben que la gente procrastina la realización de esta actividad. Las tiendas tienen ofertas unos días antes de Navidad porque saben que la gente pospondrá sus compras navideñas. Durante las semanas de exámenes finales, muchas bibliotecas universitarias están abiertas las 24 horas del día para proporcionar espacio a quienes estudian en el último momento; los centros de escritura ofrecen servicios extendidos para les estudiantes que buscan ayuda de última hora en sus ensayos finales.

La charla TED de Tim Urban arroja luz sobre la procrastinación. Él sostiene que todos somos procrastinadores en cierta medida. ¿Estás de acuerdo con él? ¿Por qué sí o por qué no?

Video: Dentro de una mente procrastinadora, charla TED de Tim Urban

¿Cómo evitamos la procrastinación?

El mejor modo de evitar la procrastinación es intentar comprender qué es lo que te lleva a procrastinar en ese momento. ¿La tarea parece demasiado difícil o demasiado extensa? ¿Es una tarea o un tema que no te interesa o con el que no te relacionas? ¿Has tenido experiencias negativas previas con una tarea, clase, o profesore similares? ¿Tienes muchas cosas fuera de la escuela que te distraen mental o emocionalmente? Todas estas razones pueden dar como resultado la procrastinación. En última instancia, tienes que escoger las estrategias que mejor te funcionan a ti y a tu situación particular. Aquí hay algunas herramientas útiles:

1. Empieza. Es la parte más difícil de realizar y la que tendrá el mayor efecto en la derrota de la procrastinación. Puede ser simple: hojea el capítulo que has leído, piensa en un título para tu ensayo, o programa una hora para estudiar. Di a ti misme: “Voy a pasar 15 minutos trabajando en este proyecto ahora mismo antes de hacer otra cosa.” El resto será más fácil una vez que hayas comenzado.
2. Divide la tarea en partes más pequeñas. Elige una pequeña cosa en la cual trabajar cada vez. Puede ser algo pequeño como leer un párrafo, escribir dos oraciones, o hacer un problema de matemáticas. Toma un descanso corto para recompensarte luego de cada logro y, después, establece un nuevo objetivo.
3. Divide tu tiempo en partes más pequeñas. Un método llamado Pomodoro sugiere que dividas el tiempo que pasas enfocándote en tus tareas en periodos pequeños y manejables. Por ejemplo, 25 minutos ininterrumpidos, 5 minutos de descanso. Repite esta patrón cuatro veces y después toma un descanso más largo (¡y recompénsate a ti misme!). Si tengo dificultad en comenzar algo, siempre me digo: “¡Puedo hacer esta tarea durante 25 minutos ininterrumpidos y, después, hacer lo que sea!”. Antes de darme cuenta, ese tiempo ha pasado y he avanzado en la tarea.

Aquí hay un video que ilustra cómo el método Pomodoro puede ayudar con muchas de las causas de la procrastinación:

1. Haz un horario. Entiende qué funciona mejor para ti. Tómate un poco de tiempo para hacer un plan, una lista, o un esbozo que te permita ver lo qué harás y cuándo terminarás tu tarea o alcanzarás tu objetivo. Puede ser que apartes tiempo a primera hora de la mañana o que esperes para ver una película hasta después de que hayas terminado tu tarea. Establece tus prioridades y cúmplelas.
2. Haz citas. Realiza un cita con tu profesore, su asistente, el centro de aprendizaje, o el centro de escritura antes de la fecha límite para entregar el proyecto. Establece un objetivo de cuánto quieres terminar para entonces. Mantener una fecha límite externa te puede ayudar a ser responsable y a conseguir ayuda antes del último minuto.
3. Evalúa tu red de apoyo. ¿Tienes el apoyo que necesitas? Si estudiar te parece demasiado difícil, es posible que tengas una discapacidad no diagnosticada. A través del Centro de Recursos para Personas con Capacidades Diferentes de tu universidad, puedes conseguir adaptaciones para tus clases o tipos de apoyo especiales para la lectura, escritura, toma de notas, o estudio. El apoyo también puede provenir de amistades. Mira a tu alrededor y pregúntate: ¿Quién es tu grupo de estudio? ¿Se responsabilizan les unes con les otres? ¿Cómo se motivan para terminar las tareas a tiempo? Si no tienes un grupo de estudio, ¿hay personas en tus clases con las que puedas estudiar?
4. Recuerda los objetivos SMART. Específicos, medibles, alcanzables, realistas, y oportunos. Establecer objetivos SMART puede contribuir a evitar la procrastinación y te ayudará a rendirte cuentas a ti misme.

Estimar el tiempo de una tarea

Uno de los grandes desafíos que observo en les estudiantes de universidad es estimar con precisión cuánto tiempo les tomará terminar una tarea. Podemos pensar que seremos capaces de realizar en una hora una lectura asignada, ¿pero qué pasa si nos toma tres horas leerla y entenderla? Tener la habilidad de saber cuánto tiempo nos tomará realizar una tarea es algo que puede desarrollarse. Pero hasta que podamos anticiparlo con exactitud, es mejor dejar algo de tiempo en nuestra agenda por si tarda más de lo que habíamos previsto.

Tenemos una cantidad de tiempo limitada. La mayoría de nosotres no puede terminar todo lo que quiere —ya sea en un día o en una vida. Escuchamos a la gente decir: “Quisiera tener más tiempo” o “Si tuviera más tiempo, haría tal o cual cosa”. Tenemos suficiente tiempo para realizar muchas de las cosas que queremos. La gente tiene dificultades cuando pasa el tiempo haciendo cosas que no son tan importantes.

Cuando planees tu horario del día o de la semana, tómate un minuto para preguntarte:

• ¿Qué estoy haciendo que no necesito hacer?
• ¿Qué puedo hacer de manera más eficiente?
• ¿En qué estoy procrastinando? ¿Puedo hacer una cosa para avanzar en esta tarea?

En algún bufé o comida familiar, ¿alguna vez te has servido un poco de todo y, después, te sientes más llenx de lo que esperabas? En situaciones como esta, mucha gente afirma: “mis ojos fueron más grandes que mi estómago”. Lo mismo ocurre con la planeación y con la fijación de objetivos. Puede ser que tu plan sea más grande que el día. Experimenta con lo que quieres conseguir y lo que es realista. Entre mejor logres predecir lo que puedes terminar, lo que vas a terminar, y cuánto tiempo te tomará, más éxito tendrás.