Epílogo

David G. Lewis

Como muchas personas nativas de Oregón, aprendí la mayor parte de mi herencia nativa a través de mi padre, quien me llevaba al bosque a cortar leña o acampar, o llevaba a la familia entera a la costa por un día. En mi juventud, ocasionalmente viajamos por la Reserva de Grand Ronde, aunque en los años 70, casi no había nada “nativo” en Grand Ronde. A excepción de una librería y un viejo hotel, la presencia de los pueblos originarios se encontraba aparentemente borrada. Esta es la experiencia de muchas personas nativas del Oregón occidental: sus tribus han sido aniquiladas por políticas federales. Esta aniquilación y las remotas localizaciones rurales de las reservas, hicieron que muchos no-nativos creyeran que los nativos se habían ido, que estaban extintos. Estos factores influyeron en la ausencia de conocimiento acerca de las personas nativas, cuya cultura, historia, contribuciones y continua presencia fueron también ignoradas por generaciones de historiadores y educadores.

Hoy, en los Estados Unidos, la única exposición de la mayoría de los estudiantes a cierta información acerca de las personas nativas se da en las celebraciones anuales de Acción de Gracias, donde se elaboran penachos de plumas de papel y los estudiantes se paran en fila sobre el escenario de la escuela, representando una historia ficticia de hermandad tribal-europea mientras los padres de familia toman fotos. En Oregón, los estudiantes son expuestos, más bien, a historias acerca de cómo los pioneros estadounidenses vinieron hasta aquí en carretas cubiertas, enfrentándose a feroces ataques indios en una peregrinación sagrada. En las preparatorias, los estudiantes leen acerca de Lewis y Clark y su viaje heroico a través del continente en 1805 y 1806, hasta “descubrir” Oregón para los Estados Unidos. En la mayoría de los casos, estas historias muestran a los colonizadores anglosajones rescatando a los “indios” de su barbarie.

La mayoría de los estudiantes del estado aprende algo cercano a nada sobre los pueblos nativos, sus culturas, sus experiencias con la colonización y su eventual desplazamiento para cederle su patria a los miles de colonizadores estadounidenses “blancos”. Pocas personas aprenden de las grandes injusticias cometidas contra las tribus al tomar sus tierras y hacerles la guerra para desplazarlos de sus pueblos, o de su sufrimiento durante generaciones en reservas indias pobremente administradas. La mayoría de las historias de Oregón no incluyen perspectivas de la gente nativa, dado que la mayoría de las historias acerca de ellos han sido escritas o enseñadas desde perspectivas de académicos estadounidenses no-nativos. La historia de los pueblos nativos ha sido entonces terriblemente descuidada, y los pocos libros que existen al respecto apenas comienzan a contar esta historia o a ayudar a entender la cultura de las cerca de cien tribus nativas de Oregón.

El estado de Oregón fue creado por los Estados Unidos como un lugar donde los estadounidenses “blancos” llegarían a cumplir con su Destino Manifiesto: el derecho asumido de colonizar y adueñarse del Oeste, sin importar la presencia de los nativos. En Oregón, estos eran solo vistos como útiles cuando ayudaban a los pioneros a construir sus hogares o a cosechar los campos; de otra manera debían permanecer en reservas federales, lejos de los asentamientos “blancos”.

Políticas coloniales como esta se mantuvieron vigentes durante siglos a través de América del norte: los países europeos tomando tierras de los pueblos nativos, haciendo a sus gentes esclavos de la colonización y explotando su trabajo para construir economías de frontera. España inició las conquistas en el Caribe y después a través de toda América, primero como exploradores y después como colonizadores. Se les unirían Rusia, Portugal, Gran Bretaña, Dinamarca, Holanda y Francia. Estos países europeos buscaron la expansión de sus imperios mediante la toma de tierras y la explotación de recursos, incluyendo a las personas nativas. Los Estados Unidos se convirtieron en un participante tardío en estas políticas expansionistas, primero al declararse independientes de Gran Bretaña, y después al expandir su influencia, apropiaciones de tierra y su explotación hacia el oeste, de forma violenta, comparable a la de los europeos.

En la Costa del Noroeste, los exploradores hispanos y rusos fueron realmente los primeros en conocer la región, seguidos de cerca por Inglaterra y los Estados Unidos. Y mientas que España fue la primera en reclamar vastos recursos en la costa occidental, en la zona de Baja y Alta California, no colonizaron la región tan rápido como los estadounidenses. El expansionismo de los Estados Unidos fue propulsado por la competencia con otros países coloniales: Inglaterra, Rusia, Francia y España. Una vez que los Estados Unidos decidieron tomar la costa del Pacífico, los ciudadanos “blancos” respondieron a la llamada de colonizar en apoyo de su joven democracia. Los colonos inundaron el Oeste, causando, eventualmente, una guerra con México para tomar todo el norte de ese país, incluidos los estados de California, Arizona, Nuevo México y partes de otros territorios en la guerra de 1846-1848. En su expansión por el centro del continente, los Estados Unidos compraron de Francia, en 1803, los derechos al Territorio de Luisiana, que incluía partes del Sureste del país y las grandes planicies; también fijaron, mediante el Tratado de Oregón de 1846, las fronteras entre Canadá Británico y los Estados Unidos en el paralelo 49. Todavía más tarde, en 1867, compraron Alaska a Rusia, completando los actuales Estados Unidos continentales.

La historia de estos poderes coloniales en competencia en la Costa norteamericana del Pacifico, históricamente ha ignorado por completo el impacto de la colonización en las naciones tribales. La totalidad de la región estaba ocupada por cientos de tribus, que se encontraban por todas partes y que sufrieron cambios en todos los lugares donde desembarcaron colonos. Las tribus se convirtieron en víctimas en muchas maneras de la competencia por el Pacífico y los intentos coloniales por obtener dominio político y económico a nivel global. Las naciones tribales se colapsaron y muchas casi se extinguieron dado que las enfermedades, la guerra, el genocidio y los conflictos violentos causaron el descenso dramático de las poblaciones nativas. Al mismo tiempo, estos poderes coloniales continuaron explotando el trabajo de las personas nativas para aumentar su poder y riqueza.

Es tan solo en el periodo reciente, en los últimos 20 o 30 años, que las perspectivas de los pueblos nativos acerca de su historia y cultura han comenzado a ser escritas y legitimadas. Como mencionaba, la historia de Oregón históricamente no ha incluido las perspectivas nativas de los pueblos durante su colonización, muchas de las cuales aún tienen que ser investigadas y escritas.

En esta historia de la exploración española de las costas del Noroeste y de California, se incluye otra historia de la colonización de tierras nativas que raramente se representa. Los marineros españoles fueron los primeros europeos en visitar muchas tribus en la costa y es importante entender esta historia, para que la siguiente generación de investigadores nativos pueda investigar la experiencia de los pueblos durante las exploraciones españolas. Los investigadores nativos pueden añadir significados a estos encuentros, al aplicar conocimientos históricos y culturales a las acciones de las tribus que se encontraron y comerciaron con estos hombres extraños y extranjeros por vez primera. Esta historia será tan terrible y trágica como las historias de otros colonizadores, pero necesaria para contar plenamente la historia y el contexto de las interacciones humanas durante los primeros contactos coloniales en la costa norteamericana del Pacífico.

David G. Lewis, PhD (Santiam, Chinook, Molalla, Takelma)

Salem, Oregón, 29 de octubre de 2019

Licencia

Icono de Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional

Los orígenes hispanos de Oregón Copyright © 2022 por David G. Lewis se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional, excepto cuando se especifiquen otros términos.

Comparte este libro